Toda herramienta de trabajo tiene que estar limpia, desinfectada y en perfectas condiciones cada vez que tengamos que utilizarla. Esto lo conseguiremos limpiando y desinfectando los pinceles y brochas cada vez que termine cada sesión de maquillaje. Pasos a seguir:
- Lavaremos todos los pinceles y brochas con agua y jabón neutro, de una manera suave y sin frotar, para que el pelo no se enrede ni pierda su forma original. Seguidamente los enjuagaremos con abundante agua. Sí el pincel es sintético, lo lavaremos con un limpiador desengrasante.
- Introduciremos los pinceles en una solución desinfectante (alcohol 70º o un producto germicida dependiendo del material de los pinceles) durante 10-15 minutos. Seguidamente los enjuagaremos con abundante agua.
- Secaremos las brochas y los pinceles con una toalla, con cuidado y sin frotar y los podemos colocar bien en un recipiente en posición vertical y con el pelo hacia arriba para que este no se deforme o bien en posición vertical también pero con los pelos hacia abajo. En mi opinión esta última no estropea el mango del pincel, ya que el agua cae hacia abajo sin introducirse en el mango a través de la férula.
- Una vez que los pinceles y brochas están secos, los guardaremos en una manta o estuche de pincel de esta manera estarán listos para su próxima utilización.
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