Valentino Clemente Ludovico Garavanni (Valentino) nació el 11 de mayo de 1932 en Voguese (Lombardía, Italia).
Desde muy pequeño le atrajo to aquello relacionado con el mundo de la decoración, la pintura y la escultura. Solía dibujar en sus libros del colegio y fue desde niño cuando empezó a sentir gran interés por la ropa de su madre y sus complementos. Empezó a interesarse por la moda mientras era el aprendiz de su tía Rosa y de la diseñadora local Ernestina Salvadeo. A los 14 años, decidió dejar los estudios y dedicarse al diseño, contando con el apoyo de su familia (Teresa de Biaggi, su madre, y Mauro Garavanni, su padre). Poco tiempo después ingresó en la Escuela de Arte del Figurín (Milán). Allí conoció a la diseñadora y condesa Jacqueline de Ribes, con quien llegó a trabar una
gran amistad. Gracias a ella, Valentino se introdujo en la alta sociedad francesa, aunque ella le aconsejaba siempre que para triunfar debía de volver a Roma, pero él decidió quedarse en París para terminar sus estudios, los cuales realizó junto con Guy Laroche.
Estudió en la Ecole des Beaux Arts y en la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne. Junto a Laroche aprendió lo suficiente como para tomar la decisión de volver a Roma como Jaqueline le aconsejaba. En París también tuvo la oportunidad de trabajar con Balenciaga.
Durante unas vacaciones en Barcelona descubrió el amor por el rojo. A partir de este choque nació su famoso "rojo Valentino", una fusión de tonos naranjas y rojos.
En 1998, Valentino vendió su empresa aunque siguió dirigiéndola. Pocos años después se remoreaba que planeaba retirarse, y así hizo finalmente con un histórico desfile en París el 23 de Enero de 2008. Antes, ya había organizado un espectacular desfile con motivo de sus 45 años como modisto, en el cual el Ayuntamiento de Roma le ofreció un escenario excepcional para su desfile, el Ara Pacis del emperador César Auguto.
El 17 de Junio de 2008, inauguró en el Museo de Artes Decorativas de París una retrospectiva del conjunto de su obra
Jacqueline de Ribes |
Estudió en la Ecole des Beaux Arts y en la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne. Junto a Laroche aprendió lo suficiente como para tomar la decisión de volver a Roma como Jaqueline le aconsejaba. En París también tuvo la oportunidad de trabajar con Balenciaga.
Durante unas vacaciones en Barcelona descubrió el amor por el rojo. A partir de este choque nació su famoso "rojo Valentino", una fusión de tonos naranjas y rojos.
Jackeline Kennedy y Aristóteles Onassis |
Ara Pacis |
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En 1959, Valentino vuelve a Italia, concretamente a Roma. Era la Roma de la Dolce Vita, la cual se reflejaba en el cine de Fellini, Visconti o Antonioni. Era una época ideal para los grandes diseñadores. Fue entonces cuando abrió su primera casa de costura en la vía Condotti, gracias a la ayuda de su padre y un amigo, los cuales se convirtieron en los socios de la nueva empresa. Tras dos temporadas sus socios se retiraron y Valentino consiguió su total independencia. Para participar en el mundo de la alta costura y hacer desfiles dedicados a compradores internacionales y a la prensa, se inscribió en la Cámara Sindical de la Moda.
Una de sus segundas líneas de ropa, Oliver, fue llamada así en nombre de su difunto perro.
Una de sus segundas líneas de ropa, Oliver, fue llamada así en nombre de su difunto perro.
En 1961, Valentino salta a la fama en su primer desfile oficial en Florencia, pero el gran boom de Valentino se produjo en 1968, cuando asombró al mundo con el vestido que lució Jackeline Kennedy en su boda con Aristóteles Onassis. Ella le dió fama mundial y el mercado americano empezó a adorar a Valentino.
Fue entonces cuando empezó a forjarse el Imperio Valentino, siempre con la ayuda de su gran amigo Giancarlo Giammetti (estudiante de arquitectura y amante de la moda), quien se convirtió en su socio llevando las finanzas de la firma y haciendo de ésta la pieza fundamental de un imperio, superando los 600 millones de dolares anuales y convirtiéndola en la segunda industria del país, después de Fiat. En 1969 le otorgaron el premio Neiman Marcus.
Valentino y Giancarlo |
En 1977 creó la colección Ludwig inspirada en la película que el director italiano y gran amigo, Luchino Visconti, realizó sobre la vida del rey de Baviera.
Valentino es considerado un auténtico maniático de la perfección declarando que los finales de los años 60 y, sobre todo los 70, fueron un verdadero horror en cuanto a gusto y diseño. Sin embargo, en los años 80 Valentino llegó a su mayor esplendor, siendo el primer diseñador en lanzar una línea de ropa vaquera y encargando sus campañas publicitarias a fotógrafos como Helmut Newton o Oliverio Toscani.
El estilo de Valentino puede resumirse como una continuación sin rupturas con la tradición de la alta costura del siglo XX. Su línea nunca ha tenido revoluciones sensacionales y su desbordante imaginación se ha plasmado en los trajes de noche con bordados exquisitos o fantásticos drapeados. Es la alternativa al estilo andrógino y rectilíneo de Giorgio Armani y también a la exhuberancia más atrevida de Karl Lagerfeld, John Galliano o Jean-Paul Gaultier. Valentino insiste en la feminidad de la mujer, en resaltar su silueta y en emplear lujosos tejidos y colores vivos. Sus modelos opinan que sus diseños son una mezcla internacional de estilos, compuesto por el lujo francés, el sentido práctico americano y los colores y tejidos italianos. Aunque hay que añadir que Valentino es más bien conservador en cuanto el alto nivel de acabado y calidades.
Creó la Academia Valentino, una galería de arte cuyos beneficios se destinan a la asociación "L.I.F.E.", una asociación creada por Valentino para financiar la lucha contra el Sida.
En 2009 se estrenó la película Valentino: The last Emperor, un documental rodado a lo largo de un año, que desvelaba la vida profesional y privada del diseñador. También, en 2006 hizo un cameo en la película El diablo se viste de Prada.
En 2011 lanzó, en colaboración con la compañía española Puig, su nuevo perfume "Valentina", sustituyendo a sus dos anteriores perfumes Valentino V y Rock and Rose. El último spot publicitario fue protagonizado por la modelo Freja Beha Erichsen y dirigido por Johan Renck.